UNO DE MIS CUADROS

UNO DE MIS CUADROS
LA ALDEA Acrílico sobre tela. 30.5 x 40.5

viernes, 26 de noviembre de 2010

EL TEMIBLE "TT"

Al levantarse por la mañana, sintió ganas de salir a correr al bosque, como cuando tenía veinte años y nadie lo conocía; pero con lo famoso que era ahora, eso no era muy recomendable. Se conformó con usar la caminadora del gimnasio que tenía instalado en el pequeño pero lujoso departamento de la Avenida Constituyentes.
Más tarde, mientras desayunaba, recibió una discreta llamada de su amigo y protector, invitándolo a cenar esa misma noche en el lugar acostumbrado, pues los últimos acontecimientos lo tenían muy preocupado, y le quería hacer algunas recomendaciones.
Después de leer cuatro o cinco periódicos de diversas tendencias, y encontrar su nombre y fotografía en la nota roja de cada uno de éstos, no pudo evitar una sonrisa de satisfacción. Su larga carrera delictiva en la modalidad de secuestro, lo tenía colocado como una gran personalidad en el cada vez más bajo mundo del hampa. Eso hacía que Timoteo Topete, sanguinario secuestrador y asesino, se sintiera muy orgulloso.
Por la noche, durante la cena con su protector, un alto jefe de la policía, al que se le notaba la corrupción hasta en la forma de tomar el café, éste le pidió que suspendiera por un tiempo sus terribles actividades, pues las cosas estaban muy calientes. No hubo necesidad de insistir sobre ello, pues "TT", - que era el nombre que le había asignado la prensa nacional a Timoteo Topete -, ya tenía algún tiempo pensando en el retiro definitivo.
Con todo el dinero que había ganado con su detestable actividad, especializado en secuestrar seudoartistas, o familiares de éstos, le alcanzaría para vivir varias vidas sin privaciones. Nunca se había metido con ningún verdadero artista, pues como hombre con cierta sensibilidad, y capacidad de observación, se había dado cuenta de que los verdaderos artistas, difícilmente poseen el dinero que él exigía por su liberación.
La preocupación de su protector, se derivaba del hecho de que ya varias bandas de secuestradores habían sido desmembradas, y sus cabecillas se encontraban encarcelados o muertos. Además, como precisamente él era el encargado de las investigaciones para su captura, era quien más enterado estaba de lo cerca que estaban las autoridades de su pista. Se despidieron con mutuas promesas; Timoteo con la de suspender definitivamente los secuestros, y el comandante con la de introducir todas las pistas falsas posibles para dificultar su aprehensión.
Timoteo había estudiado de cerca el modus operandi de sus colegas, y la forma en que se les había capturado; y encontraba que las razones por las que habían sido aprehendidos, eran: Haberse rodeado de cómplices chivatones, involucrar a familiares; y no haberse sabido retirar a tiempo. La referencia más cercana, era la del último secuestrador capturado, quien a pesar de estar siendo buscado por la policía de todo el país, seguía secuestrando gente como si nada; como retando a la policía. Esto le parecía a Timoteo, una gran muestra de imbecilidad que él no se podía permitir; ya que siempre había pensado que para ser malo, lo que se llama malo, hay que ser inteligente; pues un malo bobo, sólo tiene dos caminos: ser personaje de alguna tira cómica, o pasar un buen tiempo encerrado.
Por eso, a partir de ese día, se dedicó a diseñar una estrategia inteligente para su huída. Como no existían cómplices de sus actos, pues para cada secuestro se rodeaba de dos o tres raterillos a quienes asesinaba en el momento en que supuestamente les iba a pagar por su participación, no habían testigos de sus reprobables actos. Su única preocupación era el comandante Canuto Brito, su protector y amigo, a quien también pensaba eliminar en la primera oportunidad.
Pasó varias semanas de absoluta inactividad delictiva, en las cuales se dedicó a resolver los crucigramas de todos los periódicos que compraba, para corroborar que su foto seguía saliendo en todos ellos. Algo que le divertía mucho, era que una de las fotos que tenían los medios, y que habían publicado cientos de veces como la más representativa de su personalidad, se la habían tomado doce años antes en una fiesta de disfraces, y en la cual él aparecía caracterizado como Pedro Infante en la película "Tizoc".
Al estar revisando uno de los periódicos, un anuncio le llamó la atención. Era la publicidad de la única función que iba a dar en el país, el grandioso mago de fama internacional Daniel Chesterfield. En el anuncio aparecía el mago señalando al lector, con una leyenda que decía: "Voy a desaparecer a 10 de ustedes". Se quedó viendo fijamente el anuncio durante mucho rato, y conforme pasaban los minutos, su mirada iba adquiriendo el brillo característico de las personas que acaban de tener una gran idea, o de que se empiezan a enfermar de gripe. Esa noche durmió sonriente con el periódico abrazado, y conservó la sonrisa hasta el día siguiente, durante el cual se dedicó a conseguir su boleto para la magna función.
Los doce días que lo separaban de su encuentro con el gran mago, se entregó por completo a calcular situaciones, a trazar mapas en la libreta en la que acostumbraba planear los secuestros. Estaba tan concentrado en sus planes, que daba la impresión de estar planeando secuestrar a la señorita Lewinsky, y que iba a pedir una gran cantidad por quedarse con ella.
Un día antes de la función, Timoteo intentó comunicarse telefónicamente con el comandante, para citarlo en el café de siempre, pues pensaba precisamente ese día, deshacerse de él. No lo encontró, pues éste se encontraba permanentemente en juntas con sus superiores, quienes ya tenían pruebas de que él protegía a varios delincuentes, incluyendo al temible "TT".
Le pareció peligroso dejar vivo al comandante, aunque también sabía que lo que menos le convenía a éste, era que se supiera la protección que le había brindado durante los últimos cinco años, a cambio del veinte por ciento de las ganancias.
El día de la función, el gran teatro se encontraba profusamente iluminado. Como era la única función que iba a dar el mago, y era muy difícil que regresara, los boletos habían sido acaparados por las personas más pudientes. Incluso habían entre los invitados, varios secretarios de estado, muchos artistas, y se corría el rumor de que también iba a estar presente el primer mandatario de la nación..
Mientras tanto, el comandante Brito; al sentirse acorralado por las sospechas de sus superiores, decidió demostrar su fidelidad a la corporación y a la patria, y reveló que tenía una valiosa pista para capturar a Timoteo Topete, pues lo había estado siguiendo personalmente desde el último día que se habían visto, y sabía que iba a asistir a la función del mago Daniel Chesterfield
Timoteo, elegantemente vestido, comenzó a llamar la atención de los asistentes en el lobby del teatro, al gritar a todo pulmón que el tal mago era un charlatán, y que eso de que iba a desaparecer personas del público, estaba por verse. Fue tal el escándalo que provocó, que el personal de apoyo del mago, estuvo a punto de pedirle que se retirara, pero prefirieron darle una sorpresa durante la función.
Con toda discreción, se inició un fuerte operativo policiaco para capturar a Timoteo al terminar el espectáculo. Tenía qué hacerse en el mayor secreto, y después inventar que la captura se había efectuado en otro lado, incluso en otra ciudad, pues no se debía relacionar al secuestrador con las altas personalidades allí reunidas. Obviamente, el jefe de la policía ordenó que el operativo lo encabezara el comandante Canuto Brito; por ser el único que conocía el aspecto actual de Timoteo. Con velocidad y precisión dignas de mejores tareas, al poco rato el teatro estaba rodeado por agentes disfrazados de vendedores de camisetas, de cuida-coches, de revendedores, y de supuestos admiradores que no habían alcanzado boleto.
Adentro, la función tenía boquiabiertos a todos los presentes, pues el mago en cada uno de sus actos, no dejaba ninguna duda de su calidad; escapando de los peligros más insospechados, y realizando los actos de prestidigitación más increíbles. Afuera, el comandante sentía la boca seca, y unas premonitorias punzaditas en el pecho.
Cuando la función se acercaba al intermedio, llegó el momento más publicitado. El mago comenzó a escoger a las diez personas que iba a desaparecer. Uno de sus ayudantes le señaló con insistencia a Timoteo, y éste fue uno de los escogidos. Los hicieron subir al escenario, los cubrieron durante un segundo con un biombo, y mediante un ingenioso truco a base de espejos, crearon la ilusión para el público de que las diez personas habían desaparecido; aunque en realidad continuaban ahí mismo, felices de ser parte del espectáculo. Los ayudantes del mago los condujeron amablemente a la parte posterior del escenario, para preparar su reaparición en una discotheque cercana al teatro.
Como los amabilísimos ayudantes del mago suponían que lo que más deseaban esas diez personas, era volver a aparecer ante el público, no pudieron notar que ya nadamás les quedaban nueve.
Debido al conocimiento que tenía de ese lugar, pues tiempo atrás lo había estudiado cuidadosamente mientras planeaba el secuestro de un insoportable imitador de Julio Jaramillo, no le fue difícil llegar a la puerta trasera del teatro. Al abrirla, se encontró frente al comandante Brito, quien se concretó a mirarlo con los ojos muy abiertos, como de lechuza espantada, pues en ese momento, se estaba verificando en el interior de su organismo, cansado de tantas drogas, un severo infarto al miocardio.
A Timoteo sólo le bastó atravesar corriendo el bosque, como cuando tenía veinte años y nadie lo conocía, para llegar a su departamento. De ahí, a seguir fielmente sus planes y a portarse bien en el lugar que ha elegido para pasar los mejores años de su vida, pues apenas tiene treinta y tres años.
Ya después, desde algún lugar de alguna ciudad; de algún país de algún continente, leerá en Internet: "-El gran mago Daniel Chesterfield, famoso por sus espectaculares actos de escapismo, tiene muy decepcionados a sus admiradores, pues no ha podido escapar de la prisión de máxima seguridad en la que fue recluido, al ser considerado cómplice en la fuga del temible secuestrador y asesino, Timoteo Topete".

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